Historia

La Iglesia Evangélica Bautista de Gracia tiene su origen en las primeras comunidades evangélicas que las Misiones Bautistas suecas fundaron a finales del siglo XIX, concretamente en el barrio de la Barceloneta. El ministerio pastoral del Dr. Erik Lund consiguió fundar una congregación que creció progresivamente, convirtiéndose en pastores de la congregación, posteriormente, Manuel Marín y Gabriel Anglada. Los puntos de misión se extendieron por la ciudad y nació una nueva sede en la calle de Aribau, 11, impulsada por el pastor Ambrosio Celma. El crecimiento de esta comunidad fue tal, que en el año 1914 se tuvo que buscar un nuevo local en la calle de Sant Agustí, 14, en el barrio de Gracia.

Como consecuencia del incremento de asistentes, la iglesia adquirió, en el año 1926, en el mismo barrio de Gracia, un local en la calle de la Riera de Sant Miquel, 54, llegando a tener más de 300 miembros, pero con el alzamiento militar del general Primo de Rivera, se dio la orden de clausurar el local durante unos años. Gracias a la Segunda República, en el año 1932 volvió la libertad religiosa y se pudo desarrollar una intensa actividad de testimonio público. Desgraciadamente, durante la guerra civil (1936-39) la iglesia permaneció cerrada, aunque los hermanos se reunían en domicilios particulares en pequeños grupos. Las iglesias protestantes no extranjeras fueron clausuradas, e incluso algunas fueron asaltadas durante los primeros años de la dictadura del general Franco. Los pastores tuvieron que exiliarse en el extranjero y los cultos se siguieron celebrando de forma clandestina en las casas o en el campo. A partir de 1945 se permitió la apertura de las iglesias evangélicas con local propio. A raíz de ello, una familia proporcionó un terreno en el pasaje de Nogués, 47, para construir un local con capacidad para 300 personas.

En la década de los años cincuenta la iglesia creció espectacularmente, y el local volvió a resultar insuficiente. Entonces se originaron dos nuevas comunidades: la iglesia de la Bonanova, en Sant Gervasi, y a partir de 1957, la de la calle de Verdi, 191, en el barrio de Gracia. La construcción del edificio en la calle de Verdi, de grandes dimensiones con espacios y salas independientes, y con piso pastoral, supuso un esfuerzo que duró más de tres años. Se inauguró con gran entusiasmo por parte de la comunidad, pero poco tiempo después el Gobierno Civil de Barcelona lo clausuró y denegó el permiso correspondiente. Durante el período en que permaneció clausurada, la congregación se reunía en la iglesia de la calle de Terol, 22. Después de muchas gestiones, nacionales e internacionales, llegó la autorización de la apertura el 4 de abril de 1959 y se inició un período de vida espiritual muy intensa y de gran crecimiento. Se reorganizó la escuela dominical, el grupo de jóvenes, las reuniones de oración, los exploradores juveniles (una especie de adaptación de los Boy Scouts con actividades dirigidas a los jóvenes para fomentar su crecimiento y el contacto con la naturaleza), etc. Todo ello bajo el liderazgo del pastor José María Martínez, desde el año 1950 hasta su jubilación en el año 1977.

En el año 1978, se incorporó como pastor titular David F. Burt hasta el año 1991. El gran número de miembros hizo necesario el nombramiento de un pastor auxiliar, y fue designado Manuel Rodríguez, que en el año 1992 sería el pastor titular hasta 2003. Durante esos años nace un punto de misión en la calle Santa Otília, 27, actualmente sede de la Alianza Evangélica Española. También en ese período se crea el Hogar de Ancianos Ebenezer con capacidad para 21 residentes. En el año 2003 y hasta 2010 fue pastor Josep Lluís Gómez, habiéndose incorporado poco después Jordi Ferrón como pastor auxiliar durante un período de 4 años. Actualmente la tarea pastoral está a cargo de Francisco Mira y de un presbiterio formado por varios miembros. En nuestra iglesia colaboramos un gran número de personas en diversos departamentos. Si quieres, nos puedes conocer y ver qué tareas llevamos a cabo juntos.

En resumen, más de 125 años para la evangelización, el estudio de la Palabra de Dios y una vida en comunidad al servicio de nuestra ciudad, proclamando el mensaje de las buenas nuevas de salvación.